El Banco Mundial ha ajustado sus previsiones de crecimiento para México, reduciéndolas en seis décimas para 2023, ahora fijadas en un 1.7 por ciento, este recorte se atribuye a las altas tasas de interés y a la reciente debilidad del peso mexicano, que han impactado negativamente la economía del país, además, el organismo también ha disminuido sus expectativas para 2025, situándolas en un 1.5 por ciento, un nivel inferior al promedio regional.
William Maloney, economista jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, explicó que estos factores, junto con una reducción en la inversión, son las principales razones detrás de las proyecciones revisadas. La disminución del fortalecimiento del peso y las condiciones de financiamiento más costosas han generado un entorno económico complicado para el país.
A pesar de estos desafíos, Maloney subrayó que México posee un gran potencial para el futuro, su ubicación estratégica lo posiciona como un actor clave en iniciativas de ‘nearshoring’ que buscan acercar la producción para mejorar la cadena de suministro, especialmente en el contexto de la relación con Estados Unidos.