Miembros del comité asesor de Los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC en inglés) de EEUU se reunieron el pasado miércoles para debatir sobre el futuro de la vacuna anticovid de Johnson & Johnson, sin llegar a una conclusión ante la falta de datos.
15 expertos en materia de salud del Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP, en inglés) se reunieron durante cuatros horas para debatir la eficacia y seguridad del fármaco que se desarrolla en Bélgica, la cual fue suspendida por la Administración de Drogas y Alimentos (FDA, en inglés) luego de que se presentaran seis casos de trombosis cerebral en mujeres menores de 48 años que recibieron la vacuna; una de ellas incluso falleció.
El grupo de expertos determinó esperar diez días más para actualizar su reporte, pues pretenden reunir más datos que ayuden al gobierno de Estados Unidos a tomar una decisión respecto a la suspensión de la vacuna. Una de las opciones que analizaron fue la de aplicar el inmunizador a solo un determinado sector de la población, aunque tampoco llegaron a un acuerdo respecto a ello.
Por otra parte el coordinador de la respuesta contra la covid-19 de la Casa Blanca, Jeff Zients, insistió en la seguridad de cada una de las vacunas que el gobierno estadounidense ha autorizado para su uso de emergencia, como lo son la de Pfizer, Moderna y la de Johnson & Johnson.
“Ofrecer a los estadounidenses los hechos que necesitan (saber) es central para construir la confianza en las vacunas”, dijo Zients.
El 9.5% de las 75 millones de personas que han sido inmunizadas en Estados Unidos han recibido la vacuna de Johnson & Johnson, la cual requiere una sola dosis y ha sido destinada principalmente a las zonas rurales del país.
Con información de Axel López