El Reloj Monumental de Pachuca se ha convertido en un ícono arquitectónico que resguarda el centro de la ciudad desde hace más de 100 años. 40 metros de altura, por fuera los muros de estilo neoclásico y estatuas elaboradas de mármol, y por dentro la detallada maquinaria conforman el imponente destino turístico, orgullo de los hidalguenses.
En efecto, aunque su exterior ha cautivado a miles de visitantes, su interior es el que atesora piezas únicas que hacen girar los engranes a tiempo. De cuatro niveles, el tercero es el que aloja la maquinaria fabricada a inicios del siglo XX por la misma casa relojera que hizo funcionar al Big Ben de Londres. La maquinaria cuenta con todas sus piezas originales y solamente don Jorge Olguín es quien les da mantenimiento.
Desde su inauguración en 1910, el Reloj Monumental ha sobrevivido al paso del tiempo, su maquinaria solo se ha detenido una vez para revisiones especiales, sin embargo, sus campanas siempre vuelven a sonar.
El Reloj Monumental de Pachuca creado para conmemorar el centenario de la Independencia de México fue declarado en 2011 como zona protegida por el municipio y Patrimonio Artístico por el Instituto Nacional de Bellas Artes.